Ya no es necesario estar a 40 grados centígrados de calor para disfrutar un escape desértico.
En esta historia estamos rodeados de una plétora de carnosas y jugosas plantas suculentas, en una escena donde nos disponemos para recibir los rayos del rejuvenecedor sol y regresar a nuestros orígenes.
Esto sucede, mientras caminamos por una esquina y nos encontramos con elementos ricos en texturas y vivos y coloridos, haciendo alarde de su existencia.